Los kenzan se utilizan en el arte de la decoración floral ikebana para sostener los ramos de flores, las ramas y otros materiales de plantas. Su base es tan pesada como el plomo y cuenta con muchos salientes como agujas. El kenzan se coloca en un recipiente y las puntas de las flores y ramas se colocan en sus agujas para mantenerlas erguidas. Tienen diferentes formas – redondos, cuadrados, rectangulares e incluso ovalados, como la concha de una tortuga.

El ikebana surgió de las ofrendas de flores a los dioses y a Buda. A finales del siglo XVI se desarrollaron gran número de estilos y técnicas y no tardó mucho para que los arreglos florales fueran admirados como obras artísticas. En aquellos tiempos, este arte sólo estaba al alcance de aristócratas, samurais y otros miembros de la clase gobernante.

Será a partir del siglo XVIII cuando el ikebana comience a formar parte de la vida de las gentes sencillas. Muchas mujeres comenzaron a estudiarlo y rápidamente los arreglos florales no sólo decoraban los vestíbulos y salas de recepción, sino también otras partes de la casa, como las habitaciones. En aquellos días, no se utilizaba el kenzan. En su lugar era común hacer incisiones en palos para sostener las ramas floreadas, o colocar soportes de madera para sostener las flores.

A comienzos del siglo XX, tras los avances experimentados en las técnicas de forjado de metales, los kenzan comenzaron a fabricarse de forma masiva. Piezas muy conocidas proceden de los centros metalúrgicos del país, en las ciudades de Tsubame y Sanjo, Prefectura de Niigata.

Otro dispositivo, llamado hana-dome, está elaborado con gran número de círculos de metal unidos. Los retoños de flores son colocados en los círculos para mantenerlos erguidos. El artista de ikebana elige entre un dispositivo u otro, dependiendo del material que utilice, la técnica floral, la forma del recipiente y otros factores. El kenzan es utilizado generalmente para recipientes anchos y planos, como el presentado en la foto.

Dada su facilidad de uso, el kenzan atrajo a mucha gente hacia el ikebana y animó el desarrollo de nuevas técnicas de arreglo floral, haciendo posible incluso conjuntos de superior belleza.

La vida de Japón se ha beneficiado del encanto y la paz espiritual que proporciona la decoración floral de espacios y ambientes cotidianos.