De los 47 millones de hogares que hay en Japón, casi el 40% posee una mascota. Este porcentaje está entre los más altos del mundo y la industria derivada cuenta con un mercado valorado en un billón de yenes. La mascota más popular es el perro, con unos 10 millones en todo el país. Hace años, los perros cumplían la función de guardar las casas, pero hoy en día la gente los trata como a uno más de la familia.
Para ese dueño orgulloso de su perro se ha lanzado un nuevo dispositivo, llamado Bowlingual. Este extraordinario juguete interpreta los ruidos del animal y los traduce a palabras inteligibles por el humano.
Nuestro sueño era pensar en lo divertido que sería poder hablar con los animales
y ello nos condujo al desarrollo de Bowlingual, nos dice Goto Masayoshi, portavoz de la compañía de juguetes Takara, que sacó la idea al mercado por primera vez.
En la industria del juguete un lanzamiento se considera un gran éxito cuando se alcanza la venta de 100.000 unidades. Pues bien, Takara tiene previsto lanzar 300.000 Bowlingual tan sólo en el primer año.
Lo llaman juguete, pero en realidad puede hacer muchas cosas.
Mediante un micrófono inalámbrico, ajustado en el
collar del perro, se captan los ladridos del animal, así
como otros ruidos y se transmiten a un mecanismo traductor de
mano. Este mecanismo analiza el tono de voz y muestra la traducción
en una pantalla. Es capaz de mostrar cerca de 200 frases diferentes,
en seis categorías de emociones caninas, incluidas, Es
divertido, Estoy triste, Lo deseo ahora
y ¡Vete!.
El Bowlingual reconoce los ruidos caninos y los agrupa por emociones, acertando más del 90% de las veces. Esta avanzada tecnología es el resultado de la investigación llevada a cabo conjuntamente entre el Laboratorio Acústico Japonés, especializado en análisis de voz y sonido, y el Dr. Kogure Norio, veterinario experto en comportamiento animal.
Los propietarios de perros siempre habían querido saber lo que estaban pensando sus queridos amigos, por lo que las ventas de Bowlingual se han mantenido constantes desde que sorprendió al mercado en septiembre de 2002. Los stocks permanecen bajos y las ventas se disparan, a pesar de que su precio, 14.800 yenes, es un precio alto para un juguete o artículo canino.
Bowlingual ganó el Premio Nobel Ig para la promoción de la paz entre las especies en el otoño de 2002. Los Premios Ig son una parodia del Premio Nobel, concedidos por los profesores de la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts a las personas cuya investigación, invenciones o productos sean creativos y nos hagan reír. En la actualidad es un gran honor recibir un Premio Ig.
Goto nos dice que desde que comenzamos a vender los Bowlingual, muchísimas personas nos han animado a hacer uno para gatos, así como crear un dispositivo que traduzca el habla humana para los animales. Probablemente sea imposible con la tecnología actual, pero algún día lo podremos hacer.
¿Podremos llegar en un futuro a mantener una conversación con nuestras mascotas?
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