La isla también es conocida por la Sado Okesa (canción folclórica), la danza del tambor del espíritu del león y otras artes escénicas tradicionales. Estas forman parte regular de los festivales y eventos anuales. El grupo de tambores japoneses, Kodo, es oriundo de Sado. Este grupo ofreció una actuación vibrante durante la ceremonia de apertura de la Copa Mundial de Fútbol FIFA 2002 en Japón.
La Costa de Gaikaifu, en el norte de Sado, es un excelente lugar para fundirse con la naturaleza. Los equipos de cine y televisión utilizan de fondo sus escabrosas costas y son muchos los montañeros que visitan el área. Aquí florecen coloridas flores silvestres, especialmente hamanasu (rosa japonesa) de mayo, e iwayuri y kibanakanzo (dos variedades de lila) en junio.
De todos los acontecimientos que han destacado en la historia de Sado, quizá el más famoso haya sido la Fiebre del Oro. Las primeras minas fueron excavadas a principios de 1600. El Shogunato, centrado en Edo (actual Tokio), controlaba directamente Sado y transportaba a su sede barcos con toneladas de oro y plata. En su extracción participaron prisioneros de las clases más bajas y, hasta mediados de 1800, su trabajo consistió en acarrear, cavar y achicar el agua de las minas. Estas se cerraron en 1989, pero aún se podrá hacer usted una idea de cómo eran, especialmente en Doyu no Wareto, una vieja mina desmantelada. El parque temático, Minas de Oro de Sado se encuentra en las cercanías y atrae a muchos visitantes. En él podrá observar cómo se extraía el oro.
Las antiguas minas de oro estaban en un enclave llamado Aikawa-machi. Si desde allí, usted sigue la costa hacia el sur y el este, se encontrará con Mano-machi, un lugar muy popular debido a que cuenta con más emplazamientos históricos que cualquier otra parte de Sado. Tienen especial interés, en el camino del Monasterio Taizen-jinja al Templo Myosen-ji, los edificios rústicos y la exuberante vegetación. Fusionan su belleza entre sí, creando una atmósfera en la que el turista se encuentra relajado.
Muchas de las comunidades isleñas han cambiado poco a lo largo de los años. La aldea Shukunegi fue famosa por sus constructores de barcos y grandes cargueros. Se encuentra en el distrito Ogi, al sur de Sado, y nos recuerda los finales de 1600. Sus callejones son tan estrechos que incluso resulta difícil que una motocicleta pueda adelantar a otra, y su estructura es de laberinto.
Sus edificios históricos, su naturaleza original, sus pueblos antiguos - El turista japonés encuentra estos escenarios fascinantes, porque les evoca una era ya desaparecida en la mayor parte del país. El pueblo japonés va lentamente olvidando el verdadero sentido de la frase: la buena vida, pero lo vuelve a recordar al llegar a Sado. En ella, se puede gozar la vida del Japón antiguo. ![](../../../common/images/mark_ni.gif)
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