En uno de los distritos, en otras épocas llamado uoya-machi (barrio de
las pescaderías), las casas tienen pozos al lado de sus puertas
principales. Quizás se pregunten si se utilizaba el agua para lavar el
pescado. Baje por la estrecha calle donde vivían los infantes ashigaru y
quizás usted comience a imaginar que unos infantes aparecen de repente
ante sus ojos. Dejar libre la imaginación en un lugar como este es uno
de los muchos placeres que esconde una ciudad castillo.
Hikone fue construida al modo de una ciudad castillo, pero nunca
necesitó sus defensas. Cuando se terminó de construir el
castillo, en
1622, Japón ya se había unificado bajo el gobierno militar de Edo
(actual Tokio) y el país vivía un largo periodo de paz.
La paz significó un pésimo negocio para aquellos artesanos que
fabricaban armas y armaduras. Sin la guerra, se encontraron sin empleo,
por lo que desarrollaron nuevas habilidades, haciendo altares budistas
para las casas. Cada altar tiene la forma de una cabina, en la que se
alberga una estatua de Buda y objetos conmemorativos a la memoria de
parientes fallecidos. Los altares de Hikone son especialmente
característicos y se han ganado una excelente reputación en todo
el
país.
Los artesanos actuales han heredado las técnicas de cientos de años
atrás. Uno de los artesanos, Tsuji Ryuzo, lleva trabajando en este campo
50 años. Tiene más de 70, pero aún se mantiene activo
tallando piezas de
madera con una garlocha. Su padre y su abuelo, también trabajaban en el
mismo ramo y él continúa con la tradición artesana de la
familia.
Tsuji está muy orgulloso de su ciudad natal: En Hikone vive el pasado,
y se puede respirar en su aire la historia. Supongo que ello es debido a
que no nos hemos llevado muy bien con las tendencias modernas. Pero está
bien ? es importante preservar las cosas buenas del pasado.
La tradición y la historia se mantienen muy vivas en Hikone. La ciudad
aún nos da la sensación del periodo Edo (1603-1867) y eso es
importante,
cuando se está perdiendo tanto del pasado. Los tejados de teja y el
enrejado de las puertas son elementos provenientes de otra era, de la
que se sienten nostálgicos muchos japoneses. Turistas de todo el
país
vienen aquí en sus vacaciones para gozar del ambiente de una ciudad
castillo.
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