Mantenimiento de Castillos,
una Manera Tradicional 1
Un Constructor de Muros de Piedra
Awata Junji del Gremio Ano-shu
Texto: Furui Asako Fotos: Omori Hiroyuki
Rocas y grandes piedras apuntalan la torre principal del castillo y sostienen las altas rampas a lo largo de los fosos. El Gremio Ano-shu es
famosa por este tipo de construcciones en piedra. Los canteros de la
piedra ishiku, en el gremio, tienen su base en Ano-no-sato, en el
distrito Sakamoto de la ciudad de Otsu, Prefectura de Shiga. A lo largo
de los siglos, los trabajadores del gremio han erigido muchos muros de
piedra, alguno de ellos en castillos tan famosos como el Castillo de
Azuchi (cerca de Kioto), el Castillo de Himeji (cerca de Kobe) y el
Castillo de Edo (Tokio central). Los estudiosos mantienen que han
trabajado hasta con las grandes piedras redondas en algunas antiguas
tumbas, ya desde el siglo 6. La asociación aparece por primera vez en
los registros históricos de finales del periodo de los Estados Guerreros
(finales de 1500). En la actualidad, la familia Awata de Sakamoto
mantiene las antiguas tradiciones de los canteros. Awata Junji hace el
puesto 14 en largo linaje de los canteros de esta familia.
Awata comenta, Cuando se construye un muro,
se debe escuchar a las piedras - ellas saben donde quieren estar.
Esto es lo que siempre han dicho los canteros artesanos de Ano-shu.
Si hacemos bien el trabajo, y seguimos sus consejos, nuestros muros
nunca caerán, ni siquiera durante un terremoto o inundación.
Los muros de piedra construidos por los miembros del gremio se mantienen
de pie incluso a pesar del Gran Terremoto de Hanshin, en 1995, que
causó terribles daños a otras estructuras.
Las personas viven varias décadas, pero un buen muro
de piedra debe resistir siglo tras siglo. Por ello no podemos hacer
un trabajo a medias.
Awata tiene una agenda repleta de compromisos, reparando muros de
piedra en todo Japón.
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No hacemos diseños previos. Durante
dos o tres días examinamos las piedras que recogemos. En
ese tiempo, me hago una idea de cómo prepararlas y después
comenzamos nuestro trabajo. Awata Junji aprendió por
tradición oral el tratamiento de las grandes piedras. El
conocimiento ha pasado generación tras generación
- él aprendió de su padre, fundamentalmente observándole.
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