NIPPONIA No. 39 15 de Septiembre de 2006

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Reportaje Especialsp_star.gifBienvenido a la tierra de la hospitalidad

Nuevas ideas de todas partes del mundo

El Imperial inventó una receta especial a base de un gratinado de gambas y lenguado para la reina Isabel de Gran Bretaña cuando ella estuvo de visita en 1975. Seguro que el restaurante del hotel puede prepararle cualquier cosa que le apetezca aunque no esté en el menú.

El Imperial ha aportado algunas ideas revolucionarias a la industria hotelera de Japón y de otros países, ideas en que quizá otros hoteles no habrían pensado nunca. Tal vez la más importante sea el paquete completo de boda. Japón tiene muchos salones de recepción para bodas, pero el Imperial ha desarrollado en estilo japonés un paquete de la casa –el primero que existe de este tipo– con un salón especial para la ceremonia formal, vestuarios, servicios de maquillaje y peluquería, un gran salón para la recepción, y un estudio fotográfico para el reportaje de la boda.

Las costumbres relacionadas con las bodas se consideran parte de las tradiciones del país, pero muchas han ido evolucionando hacia tendencias populares. Por ejemplo, el vestido blanco se inspira en el que llevó la reina Victoria de Gran Bretaña. Por otra parte, parece que la costumbre japonesa de casarse en un santuario sintoísta delante del dios contenido allí es una versión simplificada, que se convirtió en habitual, tras la boda sintoísta del emperador Taisho en el Palacio Imperial (1879-1926). El Hotel Imperial captó pronto esta tendencia popular e instaló algo del tipo de un altar sintoísta para celebrar allí esas bodas y después la recepción. Sin embargo, había un problema: a ciertos sacerdotes sintoístas no les parecía bien ir a un hotel de estilo occidental a celebrar la ceremonia. En 1923 el gran terremoto de Kanto destruyó parcial o totalmente muchos santuarios sintoístas, mientras que apenas dañó el Hotel Imperial diseñado por Frank Lloyd Wright. Por ello comenzaron a celebrarse allí muchas bodas de ese estilo, y pronto el hotel construyó en sus instalaciones un santuario permanente, convirtiéndose en el primero del país (¡y del mundo!) en ofrecer conjuntamente en un hotel boda y recepción, con el resto de actividades relacionadas.

Verdaderamente se hace raro en el interior de un hotel de estilo occidental vislumbrar de repente, a través de una puerta abierta, un santuario sintoísta magníficamente decorado. Este es un caso extraordinario incluso para los grandes hoteles del país. (Mencionaremos que actualmente en este país las bodas de estilo cristiano están aumentando en popularidad, mientras las sintoístas declinan; aunque esta nueva costumbre no significa que la gente se esté convirtiendo al cristianismo).

El Hotel Imperial también creó otra tendencia cuando introdujo una tasa por el servicio. Los hoteles y los restaurantes de lujo de este país ahora añaden un 10% en concepto de servicio, de modo que no es necesario dejar propinas. Este sistema se ha extendido a Europa y otros lugares. Antes el personal que servía directamente a los clientes recibía propinas mucho más altas que otros empleados, lo que creaba disparidades injustas en los ingresos. Esa tasa ha resuelto el problema y evita la preocupación de cuándo y cuánto dar de propina. Quizá por esa razón la práctica se ha generalizado.

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El Imperial fue el primero en ofrecer un “paquete de bodas del hotel” en el que hay preparativos de ornamentación para la recepción (1) y un imponente santuario sintoísta para bodas de este tipo (3). El salón de té (2) es muy apreciado como un refugio de paz tanto por los japoneses como por los visitantes extranjeros.

Un hogar lejos de casa

Un completo surtido de almohadas está a disposición de los clientes para satisfacer casi todas las preferencias: un tamaño especial, o un relleno con un material en particular como cáscara de alforfón, caucho o dacrón.

La clave de la hospitalidad ofrecida por un hotel japonés reside en el deseo de hacer la vida más práctica. Este mismo deseo se aplica a los fabricantes japoneses de coches, aparatos electrónicos y otros bienes de consumo.

En la habitación de un hotel japonés de cinco estrellas usted encontrará un yukata, tipo kimono para dormir, cepillos de dientes, dentífrico, zapatillas y navajas de afeitar. Aunque el Imperial no fue quien comenzó esta costumbre, se ha sumado a ella. En otros países los cuartos de baño de los hoteles ofrecen un surtido de objetos de aseo personal, pero son pocos los que le proporcionan ropa para dormir o cepillo de dientes, aunque quizá está aumentando el número de hoteles que le brindan zapatillas, cepillos de dientes y dentífrico. Estoy seguro que tomaron la idea de hoteles japoneses como el Imperial, los cuales de modo silencioso pero firme son líderes en el mundo respecto al aumento de la comodidad y la utilidad fuera de casa.

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Un yukata (tipo de kimono informal) y unas zapatillas se ponen a disposición de los huéspedes. El baño cuenta con cepillos de dientes, navajas de afeitar, champú, suavizante, cepillo para el pelo y otros objetos de aseo. Esto es corriente en la mayoría de los hoteles japoneses.


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