NIPPONIA No. 37 15 de Junio de 2006

TOP

El castillo de Nagoya se erige en mitad de esa gran ciudad. Los fosos alrededor del recinto central honmaru y sus fuertes portones testimonian el antiguo poder de los señores Tokugawa del castillo.

Pueblos y ciudades

El archipiélago japonés fue poblado hace decenas de miles de años. La cultura Jomon se desarrolló hace unos trece mil años, después de la última glaciación. Durante ese periodo los bosques cubrían incluso las llanuras, excepto cuando incendios espontáneos quemaban algunas áreas de cubierta vegetal. La comida provenía principalmente de la pesca, la caza de ciervos y osos, la captura de conejos y pájaros, y la recolección de almejas y semillas de los árboles. Después, hace más de tres mil años, se introdujeron las técnicas de cultivo del arroz, provenientes del continente. Con esto se pasó a la cultura Yayoi, que se extendió gradualmente desde la parte occidental del archipiélago modificando el estilo de vida y los métodos de producción.

Hace casi dos mil años una clase dominante comenzó a ostentar el poder en las áreas rurales; su presencia todavía se ve en las enormes tumbas kofun. A ese periodo le siguió una época de planificación urbanística en la zona de Kansai, sobre todo en las capitales Heijokyo (actual Nara) y Heiankyo (actual Kioto). El sistema jori consistente en dividir la tierra en parcelas regulares facilitó el cultivo del arroz. Los estilos arquitectónicos se tomaron del continente, pero el principal material de construcción fue la madera a causa del amplio suministro proporcionado por los bosques. El budismo se extendió entre la población sin suplantar las antiguas creencias sintoístas.

Durante la mayor parte del periodo Edo (1603-1867), la política de Retiro Nacional (sakoku) prohibió el contacto con otros países. En las ciudades más grandes, como Edo (actual Tokio) y Osaka, florecieron una cultura popular original y tradiciones comerciales. Los señores feudales, llamados daimyo, fueron investidos de autoridad sobre los dominios han por todo el país; sus recién construidos castillos y ciudades con castillo se convirtieron en centros del comercio y de la religión. En general estaba prohibido trasladarse de una zona a otra, lo que condujo al posterior desarrollo de dialectos y cultura folklórica local. La mayoría de la población vivía en pueblos rurales. En las laderas inclinadas se construyeron campos de cultivo en terraza para el arroz y las verduras. Las carreteras tenían que rodear las pequeñas parcelas de terreno. Casi toda la agricultura era manual, con la utilización de toros en el oeste y caballos en el este. La dieta era a base de mucho pescado pero sin carne de vaca ni de cerdo ni de cabra. Los pastos eran prácticamente desconocidos.

El puente O-Naruto cruza el estrecho de Naruto. Se forman grandes remolinos cuando las aguas de las mareas cambiantes se precipitan hacia el estrecho, el cual une el mar interior de Seto con el océano Pacífico.

Modernización

En 1853 llegaron los “barcos negros” de la Marina estadounidense, exigiendo que el shogunato terminara con el “retiro nacional” y abriera el país al comercio extranjero. Efectivamente, las puertas se abrieron dando paso a la Restauración Meiji de 1868. La ciudad de Edo, crecida alrededor de su castillo, cambió su nombre a Tokio (“Capital del Este”) y se convirtió en la capital de una nación que avanzó rápida hacia la modernización siguiendo caminos occidentales. El primer tren data de 1872; la red ferroviaria se extendió pronto, trazando muchos túneles y puentes que conquistaron las montañas y los ríos. El gobierno fomentó la formación y construyó escuelas por todo el país. En los tiempos de la Restauración Meiji la población ascendía a unos treinta millones de habitantes, pero aumentó rápidamente.

En los inicios del siglo XX la urbanización y la industrialización habían avanzado mucho, sobre todo en Tokio, Yokohama, Osaka, Kobe, Nagoya y Fukuoka. Se promovieron grandes proyectos de reclamación de terrenos y mejoras portuarias. En 1964 comenzó el recorrido del tren bala Shinkansen entre Tokio y Osaka, lo que estimuló aún más el desarrollo en el pasillo de transporte de la “megalópolis”. Desde entonces la red del Shinkansen se ha expandido hacia muchas zonas del país; la red ferroviaria del Gran Tokio es la más grande del mundo. Se han abandonado algunas líneas férreas locales y casi todos los tranvías, aunque se mantienen en funcionamiento unos pocos por motivos nostálgicos. Son corrientes los vehículos a motor para el transporte, a través de una red de carreteras que se ha desplegado también hacia las montañas para el comercio turístico. Las ciudades han cambiado su fisonomía con edificios ultramodernos, algunos muy altos, aunque también hay un movimiento a favor de realzar el paisaje urbano tradicional y sus bellos edificios de madera.


NIPPONIA
TOP