Reportaje EspecialAkihabara, el mercado electrónico de Japón
El trazado de la maqueta de ferrocarril de la segunda planta de Popondetta tiene 10 vías. De lunes a viernes se reduce a la mitad el precio de alquiler, lo que sin duda atrae a estudiantes camino de casa.
Popondetta vende muchas maquetas de trenes, vías, accesorios para construir trazados ferroviarios y muchas otras cosas en sus cinco plantas, de la B1 a la cuarta.
“Tenemos unos 15.000 tipos de productos, incluso otras cosas relacionadas con los trenes, como horarios de trenes de pasajeros de las eras Meiji y Taisho (de 1868 a 1926)”, dice Nakase Itaru, gerente de ventas.
Un atractivo de la tienda son los trazados para maquetas de trenes de ancho N que ocupan dos tercios de la segunda planta. Se puede alquilar una vía durante una hora por 600-900 yenes y llevar el tren propio. También imparten clases los sábados y domingos para aprender a construir redes ferroviarias, y con ello aumentar la afición.
Empecé mi colección de minicoches cuando mi padre me regaló uno a los 9 años. Ahora tengo más de 20.000.
Los minicoches son un arte, sobre todo los más antiguos, diseñados por técnicos de fábricas que trabajaban bajo restricciones de costes, de tecnología y de seguridad. No son estrictamente fidedignos al modelo original, sino que hacen destacar más algunas partes. En realidad son como una mezcla entre el original y los gustos del fabricante. Eso es lo fascinante.
Voy a Akihabara a menudo porque en los últimos cinco años han abierto varias tiendas nuevas de minicoches. En algunas venden de segunda mano junto a los nuevos modelos. ¿Por qué me fascina Akihabara? Porque encuentro donde satisfacer de verdad mi afición, y porque en los plásticos extendidos en la acera del mercadillo de artículos usados se pueden descubrir algunas verdaderas gangas.