Reportaje EspecialAkihabara, el mercado electrónico de Japón
Masuda es la joven que aparece en la portada de esta revista. “La primera vez que vine a Akihabara –todos lo llamamos Akiba–, estaba en la escuela primaria. Fue entonces cuando surgieron las nuevas subculturas de criadas y juegos de rol de los videojuegos. Cada vez que venía me gustaba más. Por eso hace dos años y medio empecé a trabajar en una oficina que proporciona información gratuita a los turistas de Akiba. Mi trabajo me permite expresar mi amor por Akiba y contarle a la gente todo lo que hay aquí, desde anime hasta productos electrónicos. De esa manera puedo ayudar a mis ‘amos y señores’, y a mis ‘señoras’ también, claro, a disfrutar su visita. Me refiero a todos los niños y adultos, algunos extranjeros. Nuestra oficina también organiza visitas diarias de pago a los lugares de interés histórico y de última moda; aquí hay muchas cosas interesantes que ver. También se pueden organizar visitas especiales para satisfacer los deseos de nuestros amos y señoras”.
“Aunque este lugar cambia constantemente, tenemos mapas actualizados para nuestros visitantes que muestran unas mil tiendas y otros puntos de interés. Cualquier cosa, incluso algo intrascendente, puede despertar un gran interés de repente y si a la gente le gusta vuelve”.
¿Tiene el deseo secreto de convertirse en un personaje del mundo de fantasía del anime o los videojuegos? Si es así, únase a la gente del cosplay. En Akihabara hay muchos cafés de cosplay cuyos empleados se disfrazan y actúan como personajes de fantasía. Un café, el Candy Fruit☆Strawberry, ofrece a sus clientas la posibilidad de disfrazarse.
“También vienen parejas. Normalmente el chico quiere que su novia se disfrace como su personaje de anime femenino favorito”, nos confía la empleada Nekomura Nagisa. El café dispone de más de cien disfraces, y las clientas a menudo se los prueban y se hacen fotos.
Los disfraces también se pueden comprar. La tienda más grande es Don Quijote Akihabara, y sus precios son razonables. Tienen más de 1.400 disfraces en una de las plantas de la tienda.
Y ¿quién los compra? “Por ejemplo, chicas que ven a alguien con disfraz de criada y quieren hacer lo mismo, o cuyos amigos quieren verlas vestidas así”, dice el gerente de la tienda. “Algunos de nuestros clientes no saben mucho de anime, pero eso no parece importar en absoluto”.
Probablemente cualquiera puede disfrutar del cosplay.