Reportaje EspecialAkihabara, el mercado electrónico de Japón
El distrito de Akihabara en el centro de Tokio es un lugar dinámico en constante proceso de cambio. ¿Cuál será su próxima temática? Para averiguarlo Nipponia ha hablado con Seno’o Ken-ichiro sobre el pasado y el presente del distrito y sobre su futuro como ciudad tecnológica. Es el director de Iniciativa de Colaboración Industria-Universidad, una organización sin ánimo de lucro.
Escrito por Torikai Shin-ichi con Seno’o Ken-ichiro
Fotos de Kono Toshihiko; otros créditos de las fotos: Iniciativa de Colaboración Industria-Universidad
(organización sin ánimo de lucro).
Akihabara es internacionalmente conocido como la mayor aglomeración de tiendas de artículos eléctricos y electrónicos del mundo, y los japoneses lo consideran un símbolo de su potencial científico y tecnológico. En él se puede comprar prácticamente cualquier tipo de componente eléctrico o electrónico. No existe otro lugar igual en el mundo.
Al terminar la segunda guerra mundial en 1945 surgieron cerca de la estación de Akihabara en Tokio pequeñas tiendas al aire libre. Vendían piezas para bienes de consumo y equipos eléctricos. Pero eso fue sólo el principio. Los que regresaban de la guerra con conocimientos técnicos buscaron en Akihabara piezas para construir radios, ya que la gente quería oír noticias del mundo en aquellos tiempos caóticos de la posguerra. Entonces había pocas radios, como había poco de todo lo demás.
Varios años después y con el orden restablecido, las tiendas al aire libre se trasladaron bajo las vías de tren elevadas cerca de la estación y comenzaron a especializarse en ciertos tipos de componentes, dando origen a lo que pronto se conocería como el Centro de la Radio. Las tiendas continuaron especializándose, como por ejemplo en piezas para emisoras de radioaficionados. El Centro de la Radio fue la primera identidad de Akihabara.
El florecimiento de la economía japonesa a partir de mediados de los cincuenta y principios de los sesenta brindó a los mayoristas la oportunidad de abrir grandes tiendas de electrodomésticos en Akihabara para el público general. Lo atractivo de sus artículos y sus bajos precios crearon su nueva imagen de Ciudad Eléctrica.
Hacia finales de los setenta muchas tiendas introdujeron la venta de componentes informáticos, y así durante los ochenta Akihabara se transformó una vez más convirtiéndose en la llamada Ciudad Informática.
En la actualidad Akihabara está asumiendo su cuarta identidad: la ciudad de los muñequitos y los robots. Los robots representan el aspecto quizá más apasionante de la tecnología, mientras que los muñequitos son parte de la cultura pop. Akihabara tiene mucho de ambos, por lo que su más reciente personalidad es la de Ciudad Tecnopop.
Lo más fascinante de la saga de identidades de Akihabara es que algunas cosas nunca cambian.
En Akihabara permanece el rechazo a abandonar sus raíces. Empezó con las radios, que siguen siendo la especialidad de algunas tiendas hoy. En aquellos tiempos se podían comprar válvulas termoiónicas para equipos de sonido, y sigue siendo posible. En los tiempos de la Ciudad Eléctrica mandaban los electrodomésticos; ahora algunas tiendas continúan vendiéndolos en grandes cantidades. La Ciudad Informática sigue viva en las tiendas de ordenadores; hay incluso demasiadas para contarlas.
Otro aspecto que no cambia en Akihabara es que siempre ha sido una fusión de lo viejo y lo nuevo. Al pasear por las calles y callejones encontramos de repente una tienda que lleva vendiendo algas nori desde el siglo XIX, u otra especializada en el suministro de palillos a la Casa Imperial. O puede arrastrarnos el festival Kanda Myojin, cuyos altares mikoshi portátiles desfilan por parte del distrito en honor al dios protector de Edo (actual Tokio).
También es fascinante en Akihabara la mezcla de los inolvidables tiempos de la antigua Edo con la apasionante alta tecnología informática de hoy.
Pero lo más impresionante es la inmensa cantidad de artículos que hay a la venta, desde casi cualquier tipo de electrodoméstico hasta minúsculos componentes electrónicos.
Por eso el distrito entero es como unos enormes grandes almacenes. Artículos eléctricos, piezas electrónicas, trenes a escala, telescopios para el cielo nocturno, muñequitos, coches de juguete…, la lista es interminable. Algunas tiendas venden mucho, otras se especializan en objetos poco comunes para profesionales o en productos de segunda mano o simplemente en piezas. Si busca con detenimiento, encontrará casi cualquier cosa.
Si no está a la venta en Akihabara, probablemente no existe.