Reportaje Especial“Japón, la tierra del oro”. ¿Es verdad la antigua leyenda?
La mina de oro Hishikari es la única de Japón que sigue abierta en la actualidad. No existe ninguna tan productiva ni que produzca oro de mejor calidad en la larga historia de la minería del país. ¿La razón? Las aguas termales volcánicas y otros mecanismos geológicos que sólo ocurren en Japón.
Escrito por Takahashi Koki Colaboración y crédito de las fotos (salvo que se especifique otra cosa): Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología Industrial Avanzada (AIST), y Sumitomo Metal Mining Co., Ltd.
La mina de Hishikari se sitúa en este valle del norte de la prefectura de Kagoshima. El agua caliente que se filtra en los pozos de la mina abastece el balneario termal cercano.
Sado Kinzan fue la mina de oro más grande de Japón durante casi cuatrocientos años a partir de principios del siglo XVII. En 1915 se hizo otro gran descubrimiento en Hokkaido: la mina de oro de Konomai. Pero este y otros yacimientos se agotaron hacia 1980, y las minas se cerraron una tras otra. En la actualidad sólo se extrae oro de Hishikari en Kagoshima, al sur de Kyushu.
Hishikari es una de las mejores minas de oro del mundo. El promedio es de 40 gr de oro por tonelada de mineral. Se pueden obtener beneficios a partir de 2 gr por tonelada, por lo que el oro de Hishikari ha resultado un gran hallazgo. La mina ha producido de siete a diez toneladas de oro por año desde que se abrió en 1985: 165 toneladas en los últimos 23 años, más del doble de lo que han producido Sado y Konomai juntas, lo que convierte a Hishikari en la más importante de la larga historia de la minería en Japón.
Pero ¿cuánto oro queda? Los geólogos piensan que al menos unas ciento cincuenta toneladas. Todo el oro producido en otras minas del país a lo largo de la historia alcanza unas mil toneladas, y si esto lo comparamos con las trescientas toneladas de Hishikari, podemos comprobar lo ricas que son sus vetas.