Reportaje Especial“Japón, la tierra del oro”. ¿Es verdad la antigua leyenda?
El pan de oro se consigue batiéndolo hasta que se vuelve increíblemente fino. Las ilustraciones de polvo de oro maki-e se realizan rociando oro en polvo sobre laca. Dichas técnicas existen desde la Antigüedad y han proporcionado brillo y belleza a las estatuas y al arte budista. Este artículo presenta a dos expertos artesanos que trabajan en la prefectura de Ishikawa, región de Hokuriku.
Escrito por Sanada Kuniko
Fotos de Kawada Masahiro
Aoji Rokunosuke, artesano del pan de oro
Las paredes del Pabellón de Oro de Kioto, la superficie reluciente de una austera estatua budista, un dibujo ornamental de un tabique o un biombo, hilos del diseño de un quimono centelleante… Todos ellos tienen un elemento común: pan de oro brillando con pureza.
“¡Mira, casi se puede ver a través de él!”, Aoji Rokunosuke interrumpe su trabajo y levanta un fragmento finísimo de pan de oro. Trabaja en Sakuda, una empresa de Kanazawa, prefectura de Ishikawa, que fabrica y vende pan de oro. Más del 99% del pan de oro que se produce en Japón proviene de esa ciudad.
El pan de oro se fabrica añadiendo pequeñas cantidades de plata y cobre al oro. A través de un proceso repetitivo se va convirtiendo en hojas cada vez más finas. Cuando estas adquieren un grosor de una milésima parte de milímetro, se colocan una por una en capas entre las hojas de un papel japonés especial, el hakuda-shi. Entonces se baten para hacerlas aún más finas. Aoji está a cargo de este proceso en Sakuda. En los viejos tiempos se hacía a mano, pero ahora se utiliza una máquina hakuda-ki.
La máquina es ruidosa, y repite su movimiento de arriba abajo 700 veces por minuto. La hoja se va afinando y luego es expulsada de manera uniforme, lenta y segura. Aoji se encarga de colocar el papel y el oro. Da un poco de miedo verlo: parece como si la máquina pudiera cortarle los dedos en cualquier momento. El pan de oro final tiene un grosor de una o dos diezmilésimas partes de milímetro.
“Japón es el único país del mundo que hace el pan de oro tan fino”. Es obvio que Aoji está orgulloso de su trabajo. “La clave está en la preparación del papel hakuda-shi”.
Hay un papel washi tradicional llamado ganpi-shi que se pone a remojo en una mezcla de lejía de ceniza de paja, zumo de caqui y huevos de gallina. Luego Aoji lo golpea suavemente en la máquina hakuda-ki una y otra vez, hasta que sale un papel que parece papel de cera, finísimo y brillante. Bajo los golpes de la máquina y entre hojas de este papel satinado y suave se extiende el pan de oro sin que haya ni el más mínimo abultamiento.
Así que el secreto de la excepcional calidad del pan de oro de Kanazawa reside en esas hojas de papel fabricadas con tanta minuciosidad.