Reportaje Especial“Japón, la tierra del oro”. ¿Es verdad la antigua leyenda?
En el antiguo Japón los gobernantes se hacían ricos con la explotación de las minas y el comercio del oro, riqueza que permitió la construcción de edificios dorados y la realización de objetos artísticos. El oro nunca pierde su brillo. Por eso se creía que era la mejor manera de expresar veneración a Buda y exhibir riqueza y poder. Los artistas y los artesanos no tardaron en crear nuevas formas de decoración con oro, surgiendo un florecimiento de la cultura del oro.
Texto de Uchiyama Ikue
El sogún Ashikaga Yoshimitsu reinó en Japón a finales del siglo XIV. Cuando se retiró, hizo construir este pabellón para recibir a los delegados de la China de los Ming. La segunda y tercera plantas están embellecidas con pan de oro. Aunque se le conoce como el Pabellón de Oro, su nombre formal es Rokuon-ji. (Foto: Shibata Akisuke)