Reportaje Especial“Japón, la tierra del oro”. ¿Es verdad la antigua leyenda?
En el antiguo Japón los gobernantes se hacían ricos con la explotación de las minas y el comercio del oro, riqueza que permitió la construcción de edificios dorados y la realización de objetos artísticos. El oro nunca pierde su brillo. Por eso se creía que era la mejor manera de expresar veneración a Buda y exhibir riqueza y poder. Los artistas y los artesanos no tardaron en crear nuevas formas de decoración con oro, surgiendo un florecimiento de la cultura del oro.
Texto de Uchiyama Ikue