Vida submarina

Lo primero que llama la atención son los enormes tiburones ballena que pasan nadando tranquilamente. Hay tres, y un macho que se llama Jinta es el de mayor longitud, unos 7,5 m. Después está la manta gigante en cautividad más grande del mundo. Pasa de largo, como si se deslizara por el aire. Es complicado tener a estas especies juntas en el mismo tanque, pero el acuario lo ha conseguido gracias a sus años de experiencia y a su tamaño. ¡Otra primicia mundial!

Unas ochenta especies de animales submarinos (16 mil ejemplares en total) viven en el tanque, incluidos un gran número de atunes de aleta amarilla y de bonitos. Todos son más activos a la hora de comer, claro. Los visitantes no quieren perderse el momento en que comen los tiburones ballena. Se acercan mucho a la superficie, con el cuerpo en posición vertical, abren las monstruosas mandíbulas e ingieren unos 100 litros de agua junto con la comida, que contiene unas criaturas diminutas llamadas krill.

El Arrecife de Coral, una buena reproducción del ambiente natural de los corales, es otra de las zonas que no se deben perder. La luz natural se filtra a través de un agua marina limpia que se renueva constantemente. “Cada año en junio se pueden ver los corales soltando sus huevos. En el futuro los recogeremos y los llevaremos al mar”, dice Kinjo.

La prómixa parada de nuestro recorrido es el primer piso, un mundo oscuro para vida marina acostumbrada a vivir de 200 a 1.000 metros bajo la superficie. Dos de entre las muchas especies que pasan nadando lentamente son los tiburones tollo raspa y los cangrejos gigantes japoneses. Recoger y cuidar estas especies de las profundidades no es fácil, las condiciones de temperatura, luz y presión del agua deben ser muy parecidas a las de su hábitat natural.

Algunos de los peces tropicales de la sección del acuario Mares de Peces Tropicales. Observar cómo la luz del sol se filtra e ilumina a los vivaces peces es una maravilla.
Pargo rojo pez león pez loro pez napoleón pez morisco.